A medida que nuestros hijos comienzan a crecer y desarrollarse, también aumenta su capacidad para dormir y permanecer despiertos durante más tiempo. Si bien siempre es bueno tener en cuenta que no hay dos niños iguales y los horarios de sueño pueden variar enormemente, puedes tomar varias medidas para facilitar que tu hijo se duerma más rápidamente y duerma por más tiempo conforme va creciendo.
En este artículo, vamos a ver algunos pasos simples que puedes seguir para establecer un horario de sueño para tu recién nacido, mejorar su ambiente a la hora de ir a la cama para que sea más propicio para dormir y ayudarle a desarrollar habilidades para autoreconfortarse, lo cual te permitirá descansar más como papá o mamá.
¿Cuáles son los métodos de entrenamiento del sueño para bebé?
Existen muchos métodos para enseñarle a tu bebé a dormir, desde dejarlo llorar, ir alejándose poco a poco (o "extinción gradual") hasta el que consiste en consolar al bebé cada vez que llora. Tal vez la razón por la que existen tantos métodos es porque cada niño es diferente. Mientras que el niño promedio puede empezar a dormir toda la noche a los seis meses, algunos lo hacen antes y otros más tarde. A lo mejor logra dormir toda la noche desde un principio y de repente revierte y desarrolla problemas que pensabas que ya habían desaparecido. No solo puede ser una situación confusa, especialmente para padres primerizos, sino que también puede dejarlos aún más agotados.
El mejor método de entrenamiento del sueño será siempre el que funcione mejor para tu bebé y para ti. Si bien asociamos a veces el término “entrenamiento del sueño” con el hecho de dejar que el niño llore hasta que se duerma, en realidad el entrenamiento del sueño se trata de enseñarle al niño que puede dormirse naturalmente y por sí mismo.
¿Cómo deben dormir los bebés?
Aunque pueda parecer que los bebés están despiertos toda la noche, el recién nacido promedio duerme hasta 16 horas al día, generalmente dos horas a la vez hasta que llega a los 3 a 6 meses de edad. Los horarios de sueño pueden variar según la edad y la personalidad, pero aun así los padres pueden hacer mucho para mejorar la calidad y la cantidad de sueño de sus bebés. En primer lugar, los padres deben entender y reconocer las señales indicadoras de somnolencia y la importancia de crear un ambiente propicio para que sus hijos duerman.
Paso 1: Crea un ritmo de sueño para tu bebé
Darle a tu bebé un ritmo o una rutina de sueño es el primer paso en su entrenamiento del sueño. Si bien es cierto que los bebés no pueden hablar, se les puede enseñar a reconocer las señales en el entorno que les ayudarán a establecer sus relojes internos para dormir. Bajar las luces, reducir la cantidad de estimulación que están recibiendo y cantar o contar historias después de su baño nocturno son excelentes maneras de establecer el inicio de su entrenamiento del sueño.
Paso 2: Crea un ambiente propicio para dormir
¿En el dormitorio de tu bebé entra luz exterior? ¿Qué hay de los sonidos? ¿Cuentas con elementos ambientales relajantes como una máquina de ruido blanco para ayudar a que tu hijo se duerma? Prestar atención al ambiente y diseñarlo para que anime a tu hijo a dormir será clave para lograr que se duerma solo y no se despierte en toda la noche. Una vez que hayas preparado la iluminación y el ambiente del dormitorio de tu hijo, es hora de asegurarte de que su ropa de cama sea agradable y acogedora. Con los detergentes hipoalergénicos de Dreft, puedes asegurarte de que la ropa de cama de tu bebé será cómoda, cálida, suave y acogedora, con lo cual dormirá sin molestias por más tiempo.
Paso 3: Crea un hábito de sueño
Tanto niños como padres pueden estar atentos a las señales de somnolencia. Frotarse los ojos, bostezar y la irritabilidad indican que el sueño se acerca. Cuando reconoces las señales y el lenguaje corporal que muestran que tu hijo se está adormeciendo, puedes llevarlo a un lugar donde pueda dormir profundamente lo más rápido posible. Al ir perfeccionando este proceso, podrás ayudarle a dormirse más eficazmente. También comenzarás el trabajo de ayudar a tu hijo a asociar esas señales de somnolencia con el hecho de quedarse dormido en su cama, para que pueda dormirse más fácilmente en el futuro.
Paso 4: Usa pañales de calidad para que tu bebé y tú descansen mejor
En los primeros meses de vida, los bebés lloran por varias razones, mayormente porque están cansados, tienen hambre o su pañal está sucio. En tu rutina para ir a dormir siempre deberás incluir un cambio de pañal para asegurarte de que tu bebé se sienta feliz y cómodo, facilitando que se duerma y permanezca dormido. También tendrás que asegurarte de escoger la talla correcta de pañales Pampers para tu hijo, dándole espacio para respirar y suficiente absorbencia para evitar fugas durante la noche.
Envolver a un recién nacido
A los bebés recién nacidos les puede resultar más fácil dormirse cuando están envueltos. Envolver a un bebé es un método que consiste simplemente en arropar a tu bebé con una manta delgada de muselina o en un saco para dormir de manera que sus brazos queden sujetos de cada lado. Esto puede ayudar a calmarlo y reduce el riesgo de que sus brazos lo asusten y se despierte durante la siesta. Cuando envuelvas a tu bebé mantenlo siempre sobre la espalda y debes parar de envolverlo una vez que sea capaz de darse la vuelta por sí mismo. Por supuesto, siempre es mejor envolverlo en una manta fina y transpirable para evitar que tu bebé se sobrecaliente. Asimismo, es necesario lavar las mantas para envolver al bebé con un detergente suave como Dreft para evitar que sustancias irritantes toquen su piel sensible.
El entrenamiento del sueño para tu hijo a grandes rasgos
No hay dos niños iguales y tu hijo podrá ir y venir entre diversos hábitos de sueño conforme crezca y se desarrolle, sin embargo, hay estadísticas generales basadas en la edad del niño que puedes usar mientras implementas las técnicas de entrenamiento del sueño. Ten en cuenta que lo que sigue no son reglas claras y definidas, más bien se resaltan las expectativas y algunos patrones comunes en el sueño infantil que puedes usar como referencia durante tu propia experiencia. Para obtener ayuda más detallada y poder diagnosticar los problemas del sueño de tu hijo, además de personalizar una rutina de entrenamiento del sueño que se adapte a tus necesidades, visita la app Smart Sleep Coach de Pampers y obtén más información.
0–2 meses
Aunque los recién nacidos de menos de dos meses duermen más de 16 horas al día, la frecuencia de sus horas de sueño o cuándo ocurren tienen poco ritmo o razón. Un recién nacido rara vez dormirá más de dos a cuatro horas a la vez y se despertará a menudo para comer y dejarse cambiar el pañal. A pesar de no poder empezar el entrenamiento del sueño en esta etapa, sin duda podrás hacerte un favor al optimizar el ambiente para dormir de tu hijo y mejorar la calidad de su descanso.
2–4 meses
Durante este periodo de la infancia suele comenzar la transición de recién nacido a niño pequeño, progresando enormemente en muy poco tiempo. También puedes notar que duermen toda la noche o que regresan al patrón de un bebé más pequeño. Lo importante es tener en cuenta que cada niño progresa a su propio ritmo y tiempo. Concéntrate en aprender a reconocer las señales de que tu hijo tiene sueño y ayúdale a asociar esas señales con el hecho de que es hora de ir a la cama, a medida que empiezas a crear una rutina.
4–6 meses
De los 4 hasta los 6 meses de edad, los niños suelen comenzar a dormir en patrones más fáciles de reconocer, con siestas programadas y horas de irse a dormir. Por otro lado, es posible que tu hijo necesite más tiempo antes de desarrollar patrones de sueño. Si sigue teniendo problemas, es aún más importante establecer una rutina nocturna que le ayude a conciliar el sueño. Comenzando con la hora del baño, ponerse la piyama y otras señales como cepillarse los dientes, el hecho de establecer un orden y una rutina alrededor de estas prácticas ayudará a que el reloj interno de tu hijo reconozca que es hora de acostarse.
Durante esta fase, papá y mamá también pueden empezar a dejar al bebé en su cuna cuando aún está despierto, de manera que el niño pueda experimentar lo que se siente dormirse solo. Al colocar al niño despierto en la cuna, le ayudas a entender que puede dormirse por su cuenta, lo cual hará que dependa menos de ti y de que lo mezas para conciliar el sueño.
6–12 meses
Aunque algunos niños pueden experimentar regresiones en esta etapa, los niños deberían dormir de 12 a 16 horas por cada periodo de 24 horas y probablemente ya duerman toda la noche en este punto.